2011 SUMMER


Examenes, trabajos, deberes... nervios, estrés, sudores...
CANSANCIO... Siempre la misma rutina.


Y después de tanto, llegó el día 17 de junio, 12.45 de la
mañana. Terminé mi último examen y tenía claro que no volvería a coger más un
libro de ciencias o de literatura durante tres meses seguidos. Tres meses de
libertad, agua y sol en la piscina y en la playa, con un simple bikini y unas
gafas de sol, risas por todos lados con esos amigos que, como tú, han sufrido
esos nueve meses restantes de esta época. Todo se reune a una sola palabra:
¡ve-ra-no! ¡VERANO! Y sólo acaba de comenzar...



miércoles, 5 de octubre de 2011

Días transcurridos: SEPTIEMBRE y OCTUBRE.

Y mirando el calendario los días ya pasan para dar entrada al otoño. Septiembre y Octubre...
A principios de Septiembre todo aun parece permanecer en la mejor época: el verano. Pero ya hay cosas con las que te das cuenta que se marcha por este año. Las personas a las que tanto has abrazado y con las que tanto has reído ya no están a tu lado como en esos tres meses, las tardes son largas y aún calurosas pero cada vez más y más monótonas, la cabeza ya te da vueltas solo de pensar que vuelves a los estudios y a las frías y oscuras mañanas de invierno en las que ya estás andando por las calles del pueblo, en dirección al instituto, con los minutos contados... Entonces te das cuenta también de las cosas que vas a añorar: Ir a Sevilla para pasar allí todo un día y, para no asarte de calor, vaciar una botella de agua sobre tu cabeza; quedar para ir al cine a ver la película del verano; escuchar la canción que más ánimo te da y bailar de tal forma que las gradas de hierro en las que estás se muevan de un lado para otro con ayuda de todo un campamento; pasear por la playa de noche y tragar arena hasta por los oídos; ir a la piscina acompañada de cinco amigas solo para hacerte, o intentar hacerte, fotos saltando; quedar una tarde para ver el grán maratón de Harry Potter; ir a un descamapado para ver 10 cortos y terminar jugando a las cartas en una mesa; desmontar ''sin querer'' una tienda de campaña en un sótano y montarlo con la rapidez de los dioses; o preparar gofres con chocolate para merendar con tus amigas... A todos esos detalles, quedadas, lugares y personas ya os tengo que decir ''hasta el año que viene''.

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