Ese día tocaba actuación, pero no una cualquiera, sino la actuación que muchos compañeros míos presentaban contra el cáncer en un pabellón cubierto del pueblo. Todos estaban muy nerviosos. Les comprendo, aquí la veterana en teatro ;D
Pero lo hicieron magnífico. Bailaron unas cuantas canciones y hubo muchas mas actuaciones además de las suyas pero no las llegué a ver. Uno de mis compañeros de clase sufrió un fortísimo ataque de ansiedad y yo lo tuve que socorre igual que muchos otros que corría de un lado a otro llorando. No podía respirar. Estaba allí mi profesor de educación física, que a la vez es mi ex-suegro, mi vecino, el marido de mi esteticién y, lo más importante en ese momento, era médico y ayudó a Riki a relajarse en aquellos moentos. Yo lo sostenía por la espalda mientras lo abanicaba. Y llegaron sus padres recién llamada la ambulancia. Fue mucho para mí, lo pasé fatal. Y, encima, llegué tarde a mi casa, pero la excusa de que tuve que ayudar a un compañero que casi moría en mi regazo parecía convincente. Bastante convincente. Y fui perdonada por mi tardanza.
Este fue mi cuarto día de verano aunque fui a clases por la mañana pero eso no cuenta ;P
Saludos B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario