21Junio 2011

¡Un día más! Fui al instituto sin apenas ganas, para entregar un trabajo atrasado y para que me dieran mi esperada nota de la recuperación de matemáticas...¡un 9! ¡HABÍA APROBADO SUPERBIEEEEEN! Ya era la entrada completa al verano; sin estudios. Y a unos cuantos de la clase se nos ocurrió la idea de ir a almorzar al telepizza justo después de salir de las clases. ¡Idea perfe! Cuando llegué a mi casa cogí el dinero avisé a mi padre de que no iba a almorzar en casa y me fui en el coche del padre de Andrea, y con ella, al telepizza. Entramos. Solo estaba Felipe y nos dijo que íbamos a ser más de 20 en el telepizza. Pero cuando nos dimos cuenta llegamos a ser sólo 6. Felipe sí que sabe exagerar un asunto... Pero no paré de reír, casi que no podía comer o beber traquila sin el miedo a atragantarme por la risa. Después nos fuimos al parque para hacer el tonto.

Después, guimos todos, menos Andrea que se fue a su último clase de guitarra del año, a la piscina de Felipe. ¡¡Mi segundo día de piscina!! Y allí hice más amistad con todos ellos pues este año no la había hecho. Estuvimos hablando de lo que haríamos el día siguiente puesto que no había nada que hacer en el tuto. Yo iba a ir en un prinncipio a la piscina de Lucía por la mañana y, entre unas conversaciones y otras, acabé llamando a Lucía para pedirle si el día siguiente podían venir cuatro personas más a la piscina. Por supuesto aceptó y yo avisé a los demás.
Todo parece fácil en los días de verano.
Saludos B.

            Cuando somos jóvenes creemos que, no sólo nosotros, sino todo cuanto nos rodea es inmortal. Benjamín Disraeli